La felicidad no está condicionada a situaciones exteriores; su esencia viene de un estado de espíritu sano, de una manera de vivir con alegría y optimismo. Esta alegría intensa y permanente que muchos desean obtener a partir de realizaciones materiales, se encuentra de preferencia en una actitud y un comportamiento positivos, que cada persona debería cultivar al afrontar las pruebas de la vida. La vida está llena de preocupaciones que ella reserva a todos y a todas que deciden luchar para vivir. Es evidente que estas personas felices deben resistir todos los días a los ataques de una vida que ha vuelto más amenazadora. Ceder a las desgraciadas circunstancias que ocurren una tras otra a lo largo de la existencia, es renunciar a sus derechos de vida firmados y sellados por el Autor de la vida. Vivir es tener ánimo de vivir para vivir mejor; es sentirse alegre en los momentos más dfíciles de su vida. A veces, el gozo de la felicidad es perseguido por manos, es...
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